Para ahorrar, cuidarse un@ mism@ y cuidar el planeta, los productos que compramos no han de ser necesariamente ecológicos, señala Laura Montoro (nutricionista) explica que lo que es importante es reorganizar nuestra dieta.
¿Cómo lo podemos hacer?
- Utilizar productos de PROXIMIDAD. Es decir que se hayan cosechado cerca de nosotros. Hacer o ir a un huerto urbano es una opción, pero sino podemos, simplemente mirar la información de la procedencia de lo que compramos.
«¿Qué sentido tiene comprar un kiwi ecológico si viene de Nueva Zelanda y han usado muchos medios contaminantes para traerlo? Es mejor comprarse un kilo de naranjas, que tienen vitamina C y las traen de Valencia».
- Respetar la ESTACIONALIDAD y comer fruta y verdura de temporada.
«La gente no sabe cuales son pero hay que mirarlos calendarios. Cada temporada nos da el elemento necesario en cada momento»
Para ver qué alimentos corresponden a cada estación clica aquí: Calendario de estacionalidad
- Mirar la ETIQUETA. Hay que fijarse en el etiquetaje de los productos y su procedencia. «Si vives en Barcelona mejor pescado sardinas del mediterráneo que merluza del Cabo».
- MODERAR el consumo de CARNE
«Comer carne es menos sostenible que comer vegetales, un bistec gasta millones de litros de agua para alimentar a los animales, limpiarlos etc.», comenta Laura.
Es mejor basar la alimentación en productos vegetales como frutas, verduras, legumbres e ir «compaginando todos los alimentos.»
Hay iniciativas como el lunes sin carne (http://www.lunessincarne.net/) que sirven para ayudar minimizar la contaminación derivada de la producción de los productos cárnicos.